Recurrir a los básicos, como el blanco, es siempre un acierto. Gala, en su constante apuesta por la vanguardia y el diseño, ofrece una amplia gama de cerámicas donde este color es el auténtico protagonista, vistiendo las estancias con un aire fresco, armónico y luminoso.

Son los blancos más puros los que inspiran la colección Himalaya. Se trata de una cerámica plana de acabado satinado que recrea las tonalidades propias de la montaña y que, disponible en cuatro tamaños diferentes, se adapta a la perfección a cualquier tipo de espacio.

En la misma línea, el modelo Everest se presenta con acabado en brillo. Una cerámica clásica, discreta y elegante que sintoniza con las tendencias más actuales en baños y cocinas.

Los revestimientos más sofisticados llegan con la colección Baqueira, una cerámica en brillo cuya gama de texturas permite crear originales mosaicos que, con sus juegos de sombras, rompen la monocromía. Dispone de una versión completamente plana, una segunda con bisel y dos más arriesgadas, con dibujo de líneas y ondas. Si se busca un toque de originalidad pero sin caer en exageraciones, esta colección se complementa con mallas duotono (blanco/negro) o blancas que potencian el diseño del baño.

Pero es, sin duda, la versatilidad que ofrece una de las mejores cualidades del blanco. En combinación con otros colores, el blanco es capaz de transformar por completo el espacio. En este sentido, la serie Bombay de Gala permite combinar  el blanco con una paleta cromática de colores tan diversos como el azul, marrón, malva, aqua y beige de sus piezas básicas como mallas o mosaicos y molduras o zócalos para crear diseños completamente personalizados.   

Uno de los grandes aliados del blanco es la madera, que aporta calidez al espacio. En este sentido, los acabados en madera de los modelos Irati y Sabana combinan magistralmente con las cerámicas en blanco.